Los bancos han expresado su preocupación por los riesgos de financiar inadvertidamente actividades ilícitas y las fuertes sanciones a las que podrían enfrentarse.
La designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte de Donald Trump corre el riesgo de crear un efecto amedrentador en las firmas financieras y otras empresas ante el temor de que puedan enfrentarse a graves sanciones incluso por servir o pagar a delincuentes de forma involuntaria.
Según exfuncionarios, el sector bancario de México es particularmente propenso a adoptar un enfoque más conservador en la concesión de préstamos y otros servicios, dado su papel de intermediario en las transacciones. El sector bancario del país —dominado por un puñado de empresas extranjeras— podría restringir su actividad en ámbitos que se saben están relacionados con el narcotráfico, desde la minería y la ganadería hasta el transporte y la agricultura, señalaron.