La repentina ofensiva rebelde que condujo al colapso del gobierno y las fuerzas militares de Assad ha dejado a los gobiernos de todo el mundo tambaleándose.
De todos los trastornos extranjeros que la administración Biden ha tenido que afrontar y gestionar en los últimos años, Siria no estaba en la lista de posibles crisis de nadie.
Un proceso de paz en Siria respaldado por Estados Unidos, iniciado después de que estalló la guerra civil en 2011, estaba moribundo. Las líneas que dividen al país en esferas de influencia entre potencias mundiales y regionales no habían cambiado significativamente durante años. Los gobiernos árabes que alguna vez trabajaron para derrocar al presidente Bashar al-Assad, respaldado por Irán, habían comenzado a abrazarlo.
https://www.washingtonpost.com/national-security/2024/12/09/us-syria-biden-hts-middle-east/