Las sanciones de Trump dejan a EU y a Irán al borde de la guerra

Fecha: 26/04/2019 | Autor: Adylene | Categoría: Noticia

A un enemigo cercado debes dejarle una vía de salida, aconsejaba Sun Tzu.

El presidente estadounidense, Donald Trump, está bloqueando, una por una, las salidas del régimen de Irán. La próxima semana, Washington revocará las exenciones a los cinco mercados de exportación de petróleo restantes de Irán. A principios de este mes, Trump declaró que la Guardia Revolucionaria de Irán era una organización terrorista. En las próximas semanas, EU dará a conocer más sanciones además de las que impuso el año pasado después de retirarse del acuerdo nuclear con Irán.

Trump ha hecho casi todo excepto declarar la guerra a Irán. Hay poco — salvo el cambio de régimen interno — que Irán pueda hacer para cumplir.

La pregunta es por qué. Trump ha cumplido en gran medida su promesa de abandonar las 'guerras interminables' de EU (en Afganistán y Siria) y no iniciar ninguna nueva. Lo último que quieren los votantes de Trump es otra ‘guerra por elección’ en el Medio Oriente, particularmente con Irán. Sin embargo, Trump parece estar provocando a Irán con sus acciones.

Igualmente intrigante es que socava los otros objetivos de política exterior de Trump. Su principal meta es concluir un acuerdo comercial con China. Trump ha dicho que impondrá sanciones secundarias a China si continúa importando petróleo iraní, lo cual pone en peligro las perspectivas de un acuerdo comercial entre EU y China. Además, reforzaría la opinión de China de que nunca se debe confiar en EU. Irán sigue cumpliendo con el acuerdo nuclear de 2015 del que China es uno de los signatarios. Ninguna otra nación siguió la retirada unilateral de EU.

Trump también les aplicaría sanciones a Japón y Corea del Sur, ambos aliados estadounidenses que importan energía. Lo mismo se aplicaría a Turquía, cuya ayuda le es necesaria a Trump en Siria. El quinto país, India, que se encuentra en medio de unas elecciones generales, importa más petróleo de Irán que los demás y sirve como baluarte natural para EU contra el auge de China. Un castigo como este podría provocar una reevaluación en Nueva Delhi.

No fue casualidad que Trump se retirara del acuerdo con Irán hace un año, poco después de que John Bolton y Mike Pompeo comenzaran sus trabajos como asesor de seguridad nacional y secretario de Estado, respectivamente. Bolton ha estado durante mucho tiempo haciendo campaña para derrocar al régimen de Irán. Las 12 demandas de Pompeo que Irán debe cumplir para aliviar las presiones estadounidenses parecen términos de rendición: Irán debe cerrar el programa de misiles y abrir el acceso de todos sus sitios militares a los inspectores.

La teoría es que la economía de Irán, que según los pronósticos se iba a contraer en un 6 por ciento este año — antes de las más recientes medidas de Trump — será orillada a someterse. Sin embargo, en la práctica, Irán puede verse tentado a volverse más beligerante. Esta semana, Irán amenazó con bloquear el Estrecho de Ormuz, lo cual provocaría un fuerte aumento en los precios mundiales del petróleo y también llevaría a EU al borde de la guerra con Irán.

No se sabe a ciencia cierta si Trump entiende esto. Es casi seguro que Arabia Saudita, Israel y otros en el ‘partido de la guerra’ en el extranjero comprenden muy bien las implicaciones.

Lo que quizás no entienden ni les importa es el daño al poder estadounidense. La escalada de Trump está alterando a los aliados de EU en Asia y Europa, de los cualesGran Bretaña, Alemania y Francia se mantienen dentro del acuerdo con Irán. Está socavando los intentos de Trump de persuadir a Corea del Norte y a Kim Jong-un para que abandonen el programa de armas nucleares al castigar a los participantes — China, Japón y Corea del Sur — que EU más necesita para convencer a Kim de sentarse a la mesa de negociaciones.

Los saudíes, por el contrario, ven una situación ideal para ellos. Cualquier conflicto estadounidense con Irán dañaría al archienemigo de Arabia Saudita y aumentaría los ingresos petroleros de Riad.

Bolton y Pompeo también parecen saber lo que están haciendo. La gran pregunta es si Trump entiende la jornada en la que se ha embarcado.

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