CEN del PRI
Martes, 03 de junio de 2014
Los mexicanos estamos escribiendo nuestra propia historia de éxito aunque, agobiados por las urgencias y las presiones de la vida diaria, por momentos pareciera que pasamos por alto la transformación que protagonizamos. Basta con recordar, o mejor aún, buscar en Internet la noticia de la misma fecha de hoy hace dos o tres años, para constatar que México está cambiando, si bien todavía tenemos mucho por hacer para descollar.
El mérito es colectivo, como lo son los nuevos desafíos; con las reformas aprobadas con el concurso de todas las fuerzas políticas, aunque todavía están por concretarse las de telecomunicaciones y energía, corresponde trabajar para que juntos, sociedad y gobierno, logremos que el país crezca más, que haya más empleos y que los mexicanos ganen más por su trabajo.
De ahí la urgencia de pasar del periodo reformador del marco jurídico, al proceso implementador, para que cumpliéndose la letra y el espíritu de las reformas constitucionales y legales, se multipliquen los avances que si bien ya se perciben en algunos rubros, es preciso que lo abarquen todo.
Entretanto se desatan los efectos positivos de las reformas, y porque las necesidades no pueden esperar, resulta oportuno que el Presidente de la República haya tomado medidas para reducir el impacto adverso de la restricción al uso de dólares en efectivo en la frontera, implantada desde 2010; facilitar el comercio y eliminar las barreras a la exportación, por medio de mecanismos como la Ventanilla Única, y otros esquemas que simplifiquen significativamente los trámites requeridos para exportar; y alcanzar una derrama crediticia de casi los 90 mil millones de pesos en favor de 100 mil emprendedores, a quienes se les ofrecerán mecanismos adicionales de apoyo.
Todo lo anterior, al tiempo de modernizar las reglas de operación de los programas sociales, para que sean más sencillas y cuenten con un fuerte componente de fomento a la productividad. Acelerar los plazos entre que se adjudica una obra pública y se inicia su construcción, por parte de PEMEX, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Comisión Federal de Electricidad y CONAGUA, principalmente; y asegurar que en materia de hidrocarburos, gas y electricidad haya un contenido nacional relevante, para que con la reforma energética constitucional ya aprobada, y su legislación ordinaria previsiblemente actualizada y ojalá muy pronto aprobada, la industria mexicana se beneficie ampliamente.
Cada día pareciera quedar más claro que por primera vez en mucho tiempo, del tamaño de nuestro glorioso pasado, puede ser nuestro esperanzador futuro.
*Presidente del PRI.
