Jesús Héctor Muñoz Escobar
El Fondo Monetario Internacional recortó sus proyecciones económicos y dice que el crecimiento mundial será de 3.3% en lugar de 3.5%, el de Estados Unidos pasó de 3.1% a 2.5%, el de la Unión Europea permanecerá en 1.5%, el de China sigue en 6.85%, el de México fue recortado de 3.0% a 2.4% y la economía brasileña en negativo 1.5%.
Vivimos semanas de alta volatilidad económica, primero Grecia, posteriormente la caída estrepitosa de la bolsa de China. Si todos teníamos la mirada puesta en Grecia ante el referéndum realizado por el primer ministro Tsipras, en donde los griegos dijeron “NO” a las condiciones de austeridad impuesta por los organismos internacionales y por consiguiente decían no al rescate bancario para aliviar una economía que muestra señales de agotamiento, lo que traía consigo la posible salida de los helenos de la zona euro y/o de la Unión Europea y todo esto parece que terminara en que Tsipras negocie siempre el rescate con el FMI y el Banco Central Europeo con condiciones dolorosas para los griegos. No alcanzábamos a digerir lo que sucedía en Europa cuando rápidamente tuvimos que trasladar nuestros ojos a oriente para ver que el mercado bursátil del dragón asiático se desplomaba, acumulando en lo que va del año 30% de pérdidas del total del índice bursátil.
Lo que sucedió en China contagió inmediatamente a la mayoría de las bolsas, el gobierno China tomó medidas para controlar el desplome, ordenó a todas las empresas estatales a no vender sus acciones durante la turbulencia, a los grandes accionistas los está obligando a mantener sus participaciones en el mercado durante los seis meses venideros. El Banco Central de ese país anunció la semana pasada su tercer apoyo financiero para otorgar crédito a los operadores bursátiles. Esto logró que los índices bursátiles del Shanghai cerraran el viernes pasado con una subida de 5.76% y el Shenzhen con 4.25%
Este panorama preocupa al mundo por el efecto domino que pueda tener en otras bolsas pero además porque China es el motor de la economía mundial. China durante la primera década de los 2000, tuvo en promedio un crecimiento de 10%, del cual se benefician países latinoamericanos como Argentina y Brasil quienes le envían exportaciones de materia prima. Mientras el año pasado tuvo un crecimiento de 7% y para este se pronostica sea de 6.8%, esto nos llevaría a pensar que es una buena cifra, pero no para ellos que tienen una población de 3 mil millones de habitantes y que anualmente necesita crear aproximadamente 3 millones ante el desplazamiento de los chinos del campo a la ciudad.
El rumbo que tome esta nación preocupa incluso a Estados Unidos, Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, declaró que la expectativa de elevar la tasa de interés con el propósito de normalizar la política monetaria dependía del curso de la economía de su país, pero que los sucedido en Grecia y China podrían adelantar o retrasar ese acontecimiento. Sin embargo la volatilidad no solo se presenta en el mercado bursátil sino que como lo he mencionado anteriormente está en el bajo precio del barril del petróleo y en los precios de commodities y que de paso ha devaluado casi todas las monedas frente al dólar americano. La pregunta que aún subyace e inquieta es ¿Si las medidas tomadas por el gobierno chino serán suficiente para contener el desplome del mercado bursátil?,de no ser así la economía internacional empezaría a temblar porque desde la crisis de 2008 no ha despegado.
