Jesús Héctor Muñoz Escobar
A nivel internacional nos trae en jaque el tema del precio del petróleo, del cual he escrito en varias ocasiones por sus múltiples impactos, el otro es la depreciación del peso mexicano y de otras monedas en economías emergentes como Brasil, Argentina y Rusia; y el último el desplome reciente de las bolsas de valores. Así cerraremos el año con una constate, la volatilidad de los mercados cambiarios y financieros.
Este panorama me recuerda a la famosa crisis del petróleo de 1973 con grandes diferencias a lo que sucede hoy pero que nos lleva a donde mismo, la inestabilidad económica a nivel mundial. En aquel lapso de octubre a diciembre de 1973 el precio del oro negro se cuadruplicó, ante la reacción de los OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) de establecer un embargo de petróleo a Estados Unidos y los Países Bajos por apoyar a Israel en la Guerra de Yom Kippur (llamada así por la fecha conmemorativa judía Yom Kipur), que enfrentaba a Israel con Siria y Egipto. Lo que provocó un ascenso en el precio de este recurso no renovable que paralizó la actividad económica de Estados Unidos y de países europeos. Estados Unidos consumía el 33% de la energía de todo el mundo, por lo que llegó el momento en los que tuvo que cerrar oficinas, escuelas y fábricas ante la falta de energía mientras la bolsa de Nueva York se desplomaba y el dólar se devaluaba.
Analizando lo que sucedió hace cuarenta años, el problema era el alto precio del petróleo ante el recorte de producción por parte de la OPEP que desencadenó recesión económica, inflación y devaluación del dólar. Al contrario de hoy que la sobreoferta ha llevado a la caída del precio del petróleo y a una apreciación del dólar frente a otras monedas. En cifras concretas, el precio del crudo Brent, que actúa como valor de referencia internacional ha caído por debajo de la barrera de los 60 dólares y acumulando una desplome del 45% desde mediados de junio de este año; el barril Texas, precio de referencia en Estados Unidos ha llegado a los 61.73 dólares el barril.
Esta sobreoferta es en parte porque Estados Unidos ha tenido éxito en la extracción del gas shale y es ahora menos dependiente de la importación de este producto conjugado con la menor demanda de Europa y China ante ritmos de crecimiento más bajos. Mientras los grandes afectados son aquellos quienes tienen su economía petrolizada, es decir, que su presupuesto se basa en gran medida por los barriles de petróleo que vende al exterior.
El hecho de depender del crudo ha llevado a monedas como el rublo de Rusia y al peso en menor medida a depreciarse. A esto se agrega que se especule, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos suba la tasa de interés, lo que anima a inversionistas a sacar el dinero de las economías emergentes y llevarlo otra vez a Estados Unidos ante la recuperación económica reflejada en menor índice de desempleo, en noviembre se crearon 320 000 nuevos puesto de trabajo, dato superior a la esperada de 225 000 y un crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 3.9%, muy por encima de otras economías desarrolladas.
Para apalear la depreciación del peso el Banco de México subastó 200 millones de dólares diarios según la circunstancia, con el objetivo de proveer liquidez, pero si su pregunta es ¿Cuándo se restablecerá el valor de nuestra moneda? le diré que cuando se restablezca el precio del crudo o se defina la política monetaria en Estados Unidos que será a inicios de 2015. Así que en el corto plazo el peso estará en 14 pesos por dólar y si continua depreciándose el siguiente paso por parte del Banco de Mexico, a cargo de Agustin Cartens es subir la tasa de interés en México para atraer a capitales.
