Jesús Héctor Muñoz Escobar

Ante la peor crisis económica mundial  de todos los tiempos en 2008, el banco central estadounidense mejor conocido como Reserva Federal (FED) decidió intervenir  para inyectar dinero a la economía, este plan llevado a cabo por Ben Bernanke, en aquel entonces Presidente  de la Reserva era muy osado, porque realmente no se podía pronosticar a ciencia cierta cómo la economía reaccionaría, además los economistas no se ponían de acuerdo hasta qué punto se debe de injerir en el mercado.

Antes de finalizar el 2008, el presidente de la FED inició la expansión cuantitativa (Quantitive Easing)  un plan de compra de deuda y privada por valor de 600  mil  millones de dólares para posteriormente anunciar que el programa llegaría hasta los 1.7 billones de dólares.  En 2010 Bernanke  anunció el lanzamiento de otra expansión cuantitativa por el valor de 600 000 millones de dólares y en 2012 puso en marcha  la compra de 40 000 millones al mes  de deuda hipotecaria, que finalmente fue ampliado a 45 000 millones mensuales. El objetivo de la Reserva Federal era reanimar la economía, que las tasas de interés permanecieran bajas para que los empresarios se animaran a invertir y que la tasa de desempleo descendiera de aquel 10%. Finalmente  en diciembre de 2013 se anunció recortes en la compra de deuda por 10 000 millones y que poco a poco  retiraría ese estímulo  hasta que finalmente en octubre de 2014 se puso fin a seis años de política expansiva. La inyección de dinero por parte de la FED no solo tuvo efectos en la economía estadounidense sino que una parte del flujo de dinero terminó  en los países subdesarrollados, a los  cuales les sirvió para financiar un mayor gasto doméstico y que acumularan reservas,  lo que llevó a la apreciación de monedas frente al dólar y la contención de la inflación, pero cuando el Banco central estadounidense comenzó a retirar esa liquidez, los flujo de capitales comenzaron a salir de los países emergentes y  las divisas locales  comenzaron a sufrir una depreciación frente al dólar.

Además los inversores han sacado su dinero de países como el nuestro  especulando que la tasa de interés en los países desarrollados subirán, el inversor siempre buscará invertir en  aquel país o institución que dé más rendimiento.

Así el retiro de la política expansiva de EU  puede ser visto de dos ángulos. El primero; es que la economía  ha salido de la crisis  tal como lo muestran las cifras de desempleo  5.9% para septiembre de 2014 y la tasa producción industrial de 3.2% para el tercer trimestre de 2014. Lo cual significa que beneficiará a México debido a la amplia dependencia que tenemos con el país vecino.

Pero por otra parte significa que se tendrán tasas de interés a largo plazo más alta,  menos flujos  de capital de cartera  a México e inclusive hasta la salida de éste. No obstante se pronostica que el impacto sea menor en nuestro país que en otros países de América Latina, en primer lugar porque aquí se impulsaron reformas estructurales como la de telecomunicaciones y la energética que ayudaran a traer inversiones productivas  que compensará la salida de los flujos de cartera. Segundo; el nivel de reservas es alto  lo cual permite maniobrar ante una especulaciónn del dólar y eltercero; es que el nivel de endeudamiento de nuestro país ha sido responsable.

José Luis Sevilla Suarez

Hace un balance de la obra pública y comenta que la meta del sexenio en carreteras nuevas, es de 500 kilómetros y  se rebaso  en un 20%  y la de rehabilitación de carreteras también se supero en un 100% y en vialidades se lleva un avance del 80 por %. En términos generales en obra pública la inversión es casi de  26 mil millones de pesos en los 4 años de la  administración que encabeza Mario López Valdez.

Por cierto quien es el pilar fuerte de José Luis Sevilla y que realiza un trabajo muy serio es el director y arquitecto Dionicio Sánchez Félix.