Jesús Héctor Muñoz Escobar
La economía estadounidense se esta recuperando, eso lo demuestran los últimos datos del gobierno que señalan que entre abril y junio del presente año la economía creció a un ritmo anual de 4.2%, 2 décimas más de lo que se había calculado inicialmente. Parte del crecimiento fue producto de la inversión empresarial en estructuras, que creció un 9.4%, y en equipos, que subió un 10.7%.
Este ajuste a la alza sorprendió a los economistas, que pronosticaban que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) a una tasa anual seria de 3.9%. Nadie se lo espera porque en el primer trimestre el año, la economía del país vecino del norte registró una contracción del 2.1%, atribuida al duro invierno, que redujo la actividad en buena parte del país, una cifra que sembró el pesimismo.
Sin embargo a pesar del duro invierno y sus efectos devastadores, después de la gran recesión de 2008 la economía de EEUU ha seguido creciendo sostenidamente producto del estímulo fiscal de las administraciones de George Bush y Barack Obama.
El crecimiento industrial, del mercado inmobiliario y del trabajo muestra señales claras también de recuperación por lo que muchos se animan a decir que es el fin del estancamiento. Así por ejemplo referente al mercado laboral, en 2014 se han creado más de 200 mil puestos de trabajo por mes, algo que no ocurría desde 1997, durante la presidencia de Clinton. Mientras el sector servicios que representa más de tres cuartas partes de la economía nacional, creció en julio a su mayor ritmo en nueve años, de acuerdo al Instituto de Gestión de Suministros, al subir hasta 58.7, lo que supone su mayor nivel desde diciembre de 2005 y supera los cálculos de los analistas, que preveían que subiera a 56.5 puntos. La preocupación para economistas como el Premio Nobel, Paul Krugman y el francés Thomas Piketty, es la desigualdad del ingreso en Estados Unidos, la cual está retrasando el crecimiento del PIB. Este mismo tema fue retomado por la agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P), quien advirtió que “en niveles extremos, la desigualdad en el ingreso puede afectar el crecimiento económico sostenido durante largos periodos y Estados Unidos se está acercando a ese umbral”. En otras palabras, si bien hay un crecimiento en la economía estadounidense está separado de la distribución, por consecuencia aunque los datos a nivel macroeconómico sean positivos los ciudadanos no logran percibir todos los beneficios. La buena noticia para los mexicanos es que si a Estados Unidos le va bien, a nosotros también, el crecimiento de nuestro vecino del norte dará un empujón a la economía mexicana, al ser nuestro mayor socio comercial. México será el único país en América Latina que mostrará un aceleramiento en el segundo semestre del año, fue el único de la región que en el segundo trimestre del año registró exportaciones más altas que durante el mismo periodo de 2013 producto de que vienen mejores tiempo para EEUU y por la aprobación de las reformas estructurales. Lo anterior es coincidente con lo dicho en Veracruz en la plenaria de los Senadores del PRI por el Secretario de Hacienda Luis a Videgaray Caso, que reitera que vienen tiempos muy buenos para México y que inversiones como las armadoras de automóviles KIA y BMW y otras firmas están, llegando a México, derivado de la confianza que brinda el marco legal derivado de las reformas estructurales.
