Jesús Héctor Muñoz Escobar

A partir de la muerte Eduardo Campos en un avionazo, el resto de los candidatos a la presidencia de Brasil se han visto obligados a reestructurar su estrategia política, entre ella la actual presidenta Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores y Aécio Neves del Partido de la Social Democracia Brasilleña, mientras el Partido Socialista Brasileño (PSB) que postulaba a Campos designará a Marina Silva  como sucesora de la candidatura.

Silva fue anteriormente candidata a la presidencia, en el 2010 se postuló por el Partido Verde, consiguiendo casi 20 millones de votos, que representaba el 20% del electorado. Ella es muy popular entre el electorado juvenil que se encuentra desilusionada de la clase política, además cuenta con seguidores entre la comunidad evangelista, religión que profesa.

El año pasado se unió al PSB porque el Supremo Tribunal Electoral vetó la inscripción de su agrupación para las elecciones de octubre. En el PSB estuvo de acuerdo de postularse como vicepresidenta, aunque contaba con mayor preferencia electoral que Campos. Tras la alianza ecologista y socialista, el PSB creció en los sondeos y hasta el último día de las muertes de Campos tenían el tercer lugar en las encuestas.

Lo interesante es que los analistas políticos señalan que ahora hay más posibilidades de que la elección se decida en la segunda vuelta programada el 26 de octubre, la primera vuelta será el 5 de octubre. Silva podría quitarle a Rousseff los votos que necesita para no irse a la segunda vuelta.

De acuerdo con la encuesta Datafohla, realizada el 14 y 15 de agosto, tras la muerte de Campos, entre 2,843 electores de 176 municipios, con un margen de error  de dos puntos porcentuales, Silva tiene el 21% de apoyo electoral,  más del doble de preferencia electoral que el candidato fallecido, Rousseff mantiene un 36% de apoyo y el centrista Aécio Neves un 20%.

Marina Silva está ganando adeptos entre los votantes indecisos y los nulos, el mes pasado 13% manifestaban que dejarían su voto en blanco y 14% estaban indecisos. Ahora con Marina el voto nulo cayó al 8% y los indecisos a 9%.

Al no obtener Dilma Rousseff la mitad de los votos para ser elegida en la primera vuelta,  en la segunda vuelta sería derrotada por Marina Silva con el 46% de las preferencias electorales mientras la actual jefa de gobierno obtendría el 43% de los votos. Se podría decir que prácticamente sería un empate técnico  por el margen de error de la encuesta.

Pero hay que tener en cuenta que Neves solo está un punto por debajo de Silva en la primera vuelta. Si Neves contendiera en la segunda vuelta contra Rousseff, él tendría 39% de los votos y  ella el 47%.

Por consiguiente a la actual mandataria de Brasil le convendría más contender en la segunda vuelta contra Neves. Si bien Dilma Roussef ha disminuido su popularidad esta no se vio tan fuertemente afectada  por la polémica Copa del Mundo  donde se gastó grandísimas sumas de dinero en la organización, más que nada  descontento de los votantes se explica por el estancamiento de la economía brasileña, la cual creció 7.5% en 2010, el último año que Lula estuvo en el poder y en con ella han crecido en 2011 2.7, en 2012 solo 1% y en 2013 registró 2.3%. Paradójicamente parece ser que su reelección se complica con la muerte de Campos, quien era un candidato en el tercer lugar y con solo 10% de las preferencias electorales.