Jesús Héctor Muñoz Escobar
El agua es un recurso vital que le damos la importancia que tiene hasta el momento que nos hace falta, un gran porcentaje de actividades que realizamos involucra este líquido, bueno basta decir que sin él no hay vida. Aunque el agua es el elemento más frecuente en la Tierra, únicamente el 2.53% del total es dulce, el resto es salada y dos terceras partes del agua dulce se encuentra inmovilizada en glaciares. En Sinaloa somos afortunados de tener 11 ríos y dos de ellos en Culiacán aunque en los últimos años hemos tenido problemas de sequía que incluso han limitado la cantidad que se debe de sembrar. México no escapa de este panorama los estados más afectados por la sequía en 2013 fueron: Chihuahua, Durango, Coahuila, Zacatecas, Tamaulipas, San Luis Potosí, la zona serrana de Querétaro, Aguascalientes, Sonora y nuestro estado.
A nivel mundial cerca de 783 millones de personas no tienen acceso al agua potable y un millón y medio de niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades asociadas a la falta de ésta. La ONU señala que el estado de pobreza de un amplio porcentaje de la población mundial es a la vez síntoma y causa de la crisis del agua, asimismo menciona que facilitar a los pobres un mejor acceso a agua mejor gestionada puede contribuir a erradicar la pobreza. Pero no crea usted que solo mueren o sufren enfermedades en los países subdesarrollados, en los países desarrollados también sufren enfermedades provocadas directa o indirectamente por el consumo de agua o de alimentos contaminados u organismos causantes de enfermedades que se desarrollan en el agua.
No obstante, en muchas ocasiones el problema no es en sí la falta de agua, sino la mala gestión y distribución. A esto hay que sumarle que el consumo de agua per cápita aumenta debido al crecimiento de la población por consecuencia el porcentaje objeto de apropiación se eleva y a la vez se ve mermado cada vez más por la contaminación y por los efectos del cambio climático.
Pero hablando sobre la gestión y distribución, un gran porcentaje del agua se utiliza para la agricultura, y una gran parte se pierde en el proceso de riego porque estos funcionan de manera ineficiente a nivel global. En el caso de México, un experto me contaba que por ejemplo de un litro que salía de la presa o un metro cúbico se perdía el 40% de esta al conducirla o que esta llegara al predio. A esto falta agregar que el agricultor al momento de regar sus cultivos desperdicia otro 20%, por lo que finalmente se tiene que un 60 o 65% del agua de uso agrícola se desperdicia por falta de infraestructura adecuada tanto por parte de los concesionarios como de los productores en lo individual.
El reto es modernizar la infraestructura al mismo tiempo que concientizar a los agricultores de cómo lograr una administración eficaz del agua, este es un asunto que le compete tanto a responsables políticos, organismos técnicos del manejo del agua y productores usuarios de los servicios del riego. Sinaloa es a nivel nacional líder en agricultura, y si lograra eficientar aun más el uso de ésta, se evitaría muchos dolores de cabeza ante las sequías.
En esta sintonía me encuentro en Zaragoza, España, en la Feria Internacional del Agua que comienza hoy martes 4 de marzo y termina el día 7, en el cual los expertos intercambiaran conocimientos sobre tecnología del agua, riego y estudiaran los programas y métodos que se emplean en diferentes países para lograr ahorrar este vital líquido. Por cierto Zaragoza es también un lugar privilegiado, se encuentra a las orillas de los ríos Ebro, Huerva y Gallegos.
