Hacia una participación ciudadana bien informada: Héctor Melesio Cuén Ojeda

Fecha: 11/01/2014 | Autor: Rocio Berenice Valdez Garcia | Categoría: Noticia

Para que las naciones y las comunidades que las configuran se desarrollen en todos los ámbitos y dimensiones, requieren de una amplia y profunda participación ciudadana, a partir de información suficiente y objetiva que revele las realidades en cada uno de los temas que les atañen a las personas en lo individual y en lo colectivo.

En la medida en que la sociedad esté bien informada, difícilmente se le engañaría y manipularía con discursos llenos de demagogia que no correspondan a la realidad que viven las personas de carne y hueso en el colectivo social.

Aunque sabemos que ese tipo de discursos repetidos una y mil veces, se convierten en “verdades ficticias” en el imaginario social.

Este tipo de “verdades”, surgen a partir de la mentira cotidiana a la que están acostumbrados los políticos tradicionales, los que dicen que tienen como oficio la política, pero que en la práctica resultan ser verdaderos charlatanes. Personas acostumbradas a vivir de manera sistemática del engaño y la mentira.

Sin embargo, el desencanto tarde que temprano llega. Se puede pronunciar mentira tras mentira, pero la gente de a pie se da cuenta de ello cuando ve hacia su interior y exterior. Cuando observa y se percata de sus crudas circunstancias personales y del entorno que le rodea.

En otras palabras, cuando contrastan los discursos de los políticos tradicionales que le han ofrecido el cielo y las estrellas o los paraísos terrenales a la sociedad. Pero en realidad vive en un infierno de desigualdades, en situaciones de discriminación. En condiciones de pobreza, donde no tiene los satisfactores elementales y suficientes para vivir con dignidad junto a su familia. Cuando no tiene acceso a servicios médicos y hospitalarios de calidad. Cuando lo que gana de salario no le alcanza para los alimentos, y menos para que estos sean nutritivos y balanceados. Tampoco le alcanza para el vestido y calzado, porque para adquirirlos por lo general se tiene que endeudar.

Esos son algunos ejemplos que pintan nuestra realidad en Sinaloa y en el país entero. Es necesario que se transformen, a partir de una participación ciudadana bien informada. Para ello necesitamos gobiernos e instituciones transparentes que rindan cuentas a los ciudadanos, y que estos participen de las cosas públicas porque les pertenecen como derechos legítimos.

Para que haya una participación ciudadana más amplia, ordenada y sistemática, se requiere que la sociedad esté bien organizada. Se una en los propósitos comunes. Por ejemplo, como consumidora necesita organizarse para que no abusen con la elevación desproporcionada en los precios de los productos que consume y necesita para vivir. Para que exija de los gobiernos el diseño e instrumentación de políticas públicas más eficientes.

No una participación ciudadana en que se secuestren a las instituciones por parte de grupos empresariales para usufructuar información privilegiada y obtener jugosas ganancias. Ni tampoco una participación ciudadana de mercenarios al servicio de la oligarquía. Mucho menos una supuesta participación ciudadana de cínicos y perversos de la ganancia y de los intereses económicos o políticos.

Por el contrario, se requiere de una genuina participación ciudadana, en la que se posea una ordenación de valores sociales, cívicos, éticos y humanísticos llenos de principios que inicien con la congruencia y la solidaridad.

Para ello se requiere una educación que de manera efectiva concrete la filosofía y principios que pregona el artículo 3° constitucional. Una educación verdaderamente de calidad, que permita al pueblo discernir de mejor manera y con mayor claridad lo que sucede a su alrededor.

Una educación con sustancia, a partir de información que le conmine a participar en una sociedad democrática en el más amplio y profundo sentido de lo que significa esta. No una democracia hueca o de retórica vacía que sólo raya en la demagogia, a partir de la necesidad y esperanza de un pueblo.

Como individuos y profesionistas libres tenemos la convicción de promover una participación ciudadana que sea bien informada, para que la sociedad y sus instituciones se desarrollen de mejor manera. Como dirigentes luchamos porque el derecho a la información se ejerza a plenitud y esta propicie una mayor participación ciudadana. Por eso cuando estuvimos en la presidencia municipal de Culiacán, promovimos en los hechos una amplia participación social y fuimos sistemáticamente a su encuentro para atenderla y resolverle sus problemas. De allí la institucionalización de los miércoles y sábados ciudadanos, de las audiencias públicas, tanto en colonias como en sindicaturas y comisarías. Esos encuentros permitieron resolver miles de problemas concretos de la gente, de convivir hacer múltiples amistades. De propiciar una enorme participación ciudadana. Esta la ampliamos también en los organismos paramunicipales. Aunque en uno de ellos hubo una enorme resistencia injustificada desde el punto de vista racional y jurídicamente hablando. Mientras tanto, nosotros seguimos trabajando, y en el Partido Sinaloense todos los días promovemos una participación ciudadana bien informada, por eso hemos convocado a todos los sinaloenses y a los sectores de la entidad a los diversos foros regionales para la construcción de un Nuevo Pacto Social por Sinaloa. Que hablen todos los sinaloenses con plena libertad, construyámoslo juntos.

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