Paridad de género en la Reforma Político-Electoral   Aarón Irizar López El Sol de México 5 de diciembre de 2013 La Reforma Político-Electoral que ha sido aprobada por el Senado de la República y que se encuentra en discusión en la Cámara de Diputados, implica un importante paso en la consolidación de la democracia mexicana. A más de tres décadas de iniciado el proceso de transición, y luego de haber transcurrido un largo camino, hoy podemos decir que nuestro régimen político continúa fortaleciéndose, a través de atinados cambios tanto en lo que respecta al sistema electoral como al régimen político.

En cuanto al tema particularmente electoral, se han tomado medidas importantes para reforzar las instituciones que los mexicanos nos hemos dado, destacando la nueva estructura del organismo encargado de la organización y fiscalización de los procesos electorales. El Instituto Nacional Electoral (INE) reemplazará al Instituto Federal Electoral (IFE), buscando principalmente brindar mayor autonomía a los órganos electorales en los estados, lo que redundará en comicios más transparentes con el objetivo de defender la decisión que la ciudadanía expresa a través de su voto. La reforma también plantea la reducción en la duración de las campañas electorales, el recorte en los tiempos que transcurren entre la elección y la toma de protesta del Presidente electo, e introduce nuevas causales de nulidad de las elecciones vinculados al rebase de topes de campaña, y exceder los términos de la ley en referencia a cobertura informativa.

En lo que respecta al régimen político, se introducen ciertos aspectos propios de los sistemas parlamentarios, como los gobiernos de coalición y la ratificación de los Secretarios de Estado por parte del Poder Legislativo. El Presidente tendrá la posibilidad de conformar un gobierno de coalición que le permita construir mayorías plurales en el Congreso, y a la vez introducir propuestas de política de partidos distintos al que pertenece, lo que generará una corresponsabilidad en la gestión gubernamental y contribuirá a mejorar la interacción Ejecutivo-Legislativo. No obstante, aunque el Presidente no opte por formar una coalición, el Congreso ratificará al Secretario de Hacienda y al de Relaciones Exteriores, y deberá confirmar el Plan Nacional de Desarrollo y la Estrategia Nacional de Seguridad Pública. Aquí también debemos sumar los cambios que brindan mayor autonomía a la Fiscalía General de la República, que reemplaza a la Procuraduría General de la República, y al Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL).

Sin embargo, aunque todas estas modificaciones resultan ser de la más alta importancia, debo resaltar otro tema al que considero un cambio histórico para la democracia mexicana, aquel referido a la equidad de género. Por un lado, el Consejo del CONEVAL deberá estar conformado en términos de paridad de género y, por otro lado, la modificación aprobada al artículo 41 constitucional establece que los partidos deberán garantizar la paridad de género en las candidaturas para legisladores federales y locales, lo que resulta el cambio de mayor trascendencia.

Estas medidas abonan en la misma línea que ya había propuesto el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cuando dio a conocer que enviaría al Congreso una iniciativa de modificación al Código Electoral que determinara la representación igualitaria en las candidaturas a puestos legislativos federales, en proporciones iguales para hombres y mujeres. Incluso se da un paso hacia adelante al ampliar el ámbito de aplicación de esta medida a las entidades federativas.

Con los cambios aprobados, y a reserva de lo que se discuta en la Cámara de Diputados y su posterior aprobación por la mayoría de las legislaturas estatales, México consolida su posición entre los países que avanzan decididamente en la ampliación de espacios de representación para las mujeres. Aunque la actual conformación del Congreso de la Unión, con alrededor del 35% de mujeres en ambas cámaras, supera el promedio de presencia de mujeres en el Legislativo en el continente americano (25%), en Asia (16%) y en Europa (22%), los cambios aprobados podrán acercarnos a la realidad que presentan los países nórdicos en este campo, que se acercan al 42% de presencia de mujeres en el Legislativo.

* Senador de la República por el estado de Sinaloa.
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