Jesús Héctor Muñoz Escobar
Sabía usted qué un barril de petróleo crudo de exportación contiene 159 litros y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Pública por concepto de pago de impuestos, derechos y aprovechamientos, le toca la parte correspondiente a 107 litros de cada barril y poniéndolo en números, si en 2012 se cotizó en promedio en 101.8 dólares el barril de petróleo, 68.6 dólares se destinaron a impuestos, 23 a costos de venta, 3.1 a gastos generales y 7.2 dólares a rendimiento neto. Si lo comparamos con otras empresas del rubro, Pemex tuvo sobre sus ventas totales una carga fiscal del 68.8%, mientras PDVSA de Venezuela fue de 39.9% y Staoil de Noruega de 19.0%, PEMEX fue la más alta de todas. Esto hace que Petróleos Mexicanos tenga poco recurso económico para invertir en exploración, distribución, almacenamiento, desarrollo y tecnología por mencionar algunos. Ante este panorama urge la reforma energética y la reforma hacendaria, hay que entender claramente que ambas son indispensables, de poco sirve si se da una sola. Hay que precisar que hay reformas que necesitan modificar la constitución, tal será el caso de la energética, requieren de la aprobación de las dos terceras partes de los diputados y senadores. Para modificar la constitución, los partidos políticos tendrán que mirar más allá de ideologías y ver lo interese de los mexicanos, se escucha bien, pero es difícil de conciliar, todo indica que en el periodo ordinario de sesiones que inicia en septiembre, la reforma energética tendrá como cámara de origen el Senado, mientras que la Hacendaria será en San Lázaro, ante ello, es importante analizar casos exitosos de modelos petroleros, tal como el de Noruega, productor de petróleo más grande de Europa y segundo exportador mundial de gas natural, donde el estado tiene el control del sector pero la inversión privada es permitida, lo que ha dado como resultado que sea un nación próspera y con una cobertura de seguridad social de primera. Además, como lo mencioné al principio, que se permita la inversión privada no significa que el estado mexicano pierda el control de los recursos petroleros, por ejemplo, PEMEX ha invertido en varios proyectos para extraer gas shale los cuales han resultado costosos, uno de ellos es el Pozo “Montañes-1” el cual fue declarado gas “no comercial”, el pozo “Nómada” que resultó ser un hoyo seco, que se podrían haber realizado compartiendo las pérdidas con empresas privadas porque la curva de aprendizaje ha resultado demasiado caro para la paraestatal. La búsqueda de gas shale y gas oil es la nueva tendencia a nivel mundial, ante ello tenemos una oportunidad por delante. Pero mientras la paraestatal siga con el modelo actual, en 10 años tendremos que importar petróleo. Finalmente los retos que tiene PEMEX para ser una empresa de clase mundial son muchos, oponernos a una reforma sería ilógico, sería quedarnos fuera de la competencia y no asegurar la autosuficiencia energética nacional. Todos entendemos lo que esto significa, pero los partidos políticos representados en ambas cámaras y los actores del Pacto por México, tienen la palabra, si bien el pacto sigue de frente también hay señales que indican que los intereses políticos sustentados en falsos ideales tiene los días contados, el caso es el mismo para la reforma Hacendaria. Ante estos comentarios yo desearía estar equivocado. Usted ¿Qué opina?
