·        Combinada con las expectativas de los Estados Unidos, pintan un panorama poco         alentador para México

La vicecoordinadora del Grupo parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna advirtió que durante los primeros meses del año, la mayoría de los indicadores muestran una clara                 desaceleración de la economía mexicana y con base en esta realidad, las autoridades han revisado a la baja la expectativa de crecimiento del 3.5 al 3.0%, basada en la esperanza de que durante el segundo semestre del año se recupere la economía, principalmente por un mayor crecimiento de la economía de los Estados Unidos.

Padierna Luna recordó que el pasado 9 de julio, el Fondo Monetario Internacional revisó a la baja las expectativas de crecimiento para 2013, en relación con sus pronósticos de abril. El Informe   señala que la revisión a la baja se debe fundamentalmente a la desaceleración que se ha            observado durante el primer trimestre de 2013, principalmente en las economías emergentes y en desarrollo, aunque el pronóstico indica que éstas crecerán casi lo mismo que en 2012.

Estados Unidos crecería en 2013, 1.7 contra 2.2 en 2012; México 2.9 contra 3.9; Rusia 2.5 contra 3.4; Sudáfrica 2.0 contra 2.5; China crecería lo mismo que en 2012: 7.8%. Algunos países crecerían más como Brasil 2.5 contra 0.9 e India 5.5 contra 3.2.

 “En el caso de México durante el primer trimestre, el PIB creció sólo 0.8%; el Indicador Global de la Actividad Económica a abril  -que es una aproximación del PIB-, creció 1.7%, lo que podría estar indicando una recuperación. Sin embargo, otros indicadores más recientes (al mes de mayo)      indican que no hay tal recuperación, por ejemplo el Índice de Volumen Físico de la Actividad      Industrial retrocedió 0.1%; las exportaciones se estancaron; la tasa de desempleo urbano se        mantuvo en 5.9%; el salario base de cotización al IMSS cayó 2.4% y el gasto del Gobierno Federal cayó 1.2%”, enlistó.

A consideración de la también integrante de la Comisión de Hacienda del Senado, todos estos    datos muestran que sí hay una desaceleración de la economía mexicana, lo que combinado con las expectativas de los Estados Unidos, pintan un panorama poco alentador. “Si a ello se agrega que el gobierno de Peña Nieto no está haciendo nada para revertir la tendencia negativa, complica aún más el futuro”.

“Todas las esperanzas de Peña están cifradas en las llamadas reformas estructurales, pero la       contribución de dichas reformas dependerá de sus características, por ejemplo, si entiende que la Reforma Energética significa la participación privada en PEMEX, es dudoso que tenga resultados positivos para el país; si la Reforma Fiscal significa eliminar la tasa cero a alimentos y medicinas, su impacto en los ingresos tributarios será muy limitado ya que aportaría sólo poco más del 1% del PIB y, en cambio, afectaría a la población de menores ingresos, lo que se sumaría al desorbitado aumento de los precios de los alimentos que sólo en el primer semestre del año fue de 7.2%”, alertó.

La legisladora perredista aseguró que Independientemente de las reformas estructurales, el      gobierno debería estar tomando medidas efectivas que no requieren de modificaciones legales como hacer más eficiente el gasto  público,  combatir efectivamente a la corrupción y apoyar a las       pequeñas y medianas empresas, entre otros.

“En el caso de México, el FMI estima que el crecimiento será de 2.9%, aunque inferior al de los años posteriores a la crisis, sería mayor al 2.3% que en promedio creció entre 2000 y 2007. El    problema radica en que México, aún con un crecimiento mayor al histórico reciente, es muy débil en relación con lo que debería crecer para sustentar su desarrollo y que está muy por debajo del promedio de los países emergentes y en desarrollo”, concluyó.