El empresario que quebró la hegemoní­a de la izquierda

Fecha: 15/12/2017 | Autor: Adylene | Categoría: Noticia

Cuando Sebastián Piñera Echenique encuentra en el comercio alguna camisa que le gusta, aunque sea de una sencilla marca nacional, no se compra una, sino una docena del mismo diseño. Las corbatas generalmente se las regalan. Hasta antes de llegar a La Moneda en 2010, los trajes no los confeccionaba a medida, por lo que casi siempre le quedaban anchos y largos. Su peculiar estilo —informal, descuidado, avaro o austero, como quiera verse— da cuenta de un personaje que tiene su cabeza mucho menos enfocada en las cotidianidades diarias —como el vestuario— que en sus dos grandes pasiones: la política y los negocios.

De 68 años recién cumplidos y casado desde 1973 con Cecilia Morel —con quien tiene cuatro hijos—, Piñera combinó durante muchos años la cuestión pública con sus empresas. A fines de los años 70 obtuvo la representación para Chile de las tarjetas de crédito y, desde entonces, sus consecutivos emprendimientos fueron creciendo en ambición y éxito. Fue el principal accionista de la aerolínea Lan Chile (actual Latam), el canal de televisión Chilevisión y de Blanco y Negro, la sociedad que maneja uno de los clubes de fútbol más populares del país, Colo-Colo. Pero ese cruce entre dinero y política no fue gratuito para Piñera: tanto su habilidad para ganar dinero como para usar los vacíos a su favor han sido su principal talón de Aquiles en su vida política.

Piñera es un hombre rico: tiene una fortuna estimada por Forbes en unos 2.700 millones de dólares, la séptima más grande del país. Pero es un millonario de primera generación. Nacido en Santiago de Chile en 1949, es el tercero de los seis hijos que tuvieron Magdalena Echenique y José Piñera Carvallo, un ingeniero y diplomático que educó a sus hijos gracias a su trabajo y que fue fundador de la Democracia Cristiana chilena, el partido que durante décadas representó a las clases medias. Nunca han estado del todo claras las razones por las que el expresidente no militó en el partido de su padre y terminó fichando por la derecha. Lo cierto es que —hasta hoy— Piñera intenta coquetear sin mayor éxito con ese centro moderado en el que en ocasiones parece sentirse más a gusto que en su propio sector.

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