Intensos enfrentamientos con el EI en el noreste de Siria

Fecha: 18/10/2017 | Autor: Adylene | Categoría: Noticia

En la provincia de Al Hassakeh, en el noreste de Siria, se desataron hoy intensos enfrentamientos entre fuerzas rebeldes sirias apoyadas por Estados Unidos y la milicia terrorista Estado Islámico (EI), informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Después de proclamar en la víspera la conquista de la ciudad de Al Raqqa, la “capital de facto” del EI, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, según las siglas en inglés) intentan expulsar a los yihadistas de sus últimos reductos en el noreste de Siria.

Los combates que se registraron hoy se centran en la periferia de la población de Markada. Si las SDF, una alianza rebelde encabezada por kurdos, logran tomar Markada, solo quedarían bajo control del EI algunas localidades dispersas sin valor estratégico, explicó el director del Observatorio, Rami Abdel Rahman.

Después de las numerosas derrotas que el EI ha sufrido en los últimos meses, solo quedan de su autoproclamado “califato” algunas zonas en la frontera entre Siria e Irak, junto al río Éufrates, y áreas del desierto.

El Observatorio también informó hoy de que el comandante del Ejército sirio de la campaña contra el EI, Issam Zahereddine, murió después de que su convoy pasara por encima de una mina en la ciudad de Deir al Zour, en el este del país.

Zahereddine, un estrecho aliado del presidente Bashar al Assad, desempeñaba un papel vital en el progreso reciente de las fuerzas del régimen en Deir al Zour, con el respaldo de Rusia.

El comandante había dirigido en el pasado ataques contra los rebeldes en las provincias de Homs y Alepo.

Mientras tanto, en Al Raqqa continuaron hoy las tareas de desalojo. “Hoy hemos continuado peinando el territorio y limpiando las calles principales de minas“, contó a dpa un portavoz de las SDF, Talal Silo.

Hasta ahora no ha vuelto casi ningún ciudadano a la ciudad desierta porque sigue siendo demasiado peligroso.

En los enfrentamientos que se prolongaron durante meses en la ciudad murieron más de 3.000 personas, más de un tercio de ellas eran civiles.

Pese a la desolación de la ciudad, algunos ciudadanos quieren volver pronto a su hogar. “Nuestro edificio está parcialmente dañado, pero podemos repararlo y vivir dentro“, explicó hoy Alí, de 20 años, que vive como refugiado en Turquía.

Mohammed Musa, que huyó a la región fronteriza entre Siria y Turquía, también quiere volver a Al Raqqa. “Queremos volver a nuestras casas“, dijo el martes tras la liberación de la ciudad.

El abogado Samer al Mutawa, por el contrario, se muestra escéptico por la gran destrucción que reina en la ciudad. Él abandonó Al Raqqa hace tres meses. “No sabemos si aún queda una ciudad o si está completamente destrozada.”

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